Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco, más conocido como Simón Bolívar (1783-1830), El Libertador
Origen de la familia Bolívar
El origen de la Familia Bolívar se sitúa en la provincia de Vizcaya , situada al norte de España (País Vasco). Los antepasados de Bolívar por la parte del País Vasco eran fieles combatientes para la liberación de esa zona de España, y se cree que Bolívar heredó ese sentimiento guerrero y combatiente.
Los primeros Bolívar comenzaron a llegar a Venezuela a partir de 1588 y de dedicaron a labores del campo y políticas. Ellos eran personas muy ricas pues la Corona Española les concedió una Enmienda con indígenas QUIRIQUIRES en los valles de Aragua, en la finca de San Mateo.
Simón Bolívar y de la Rementería fue el primer Bolívar que arribó a tierras americanas; llegó en 1559 procedente del país Vasco (España). En Santo Domingo ejerció el cargo de escribano público y secretario de la Cámara de la Real Audiencia. En 1589 “El viejo” como era llamado, llegó a Venezuela con su hijo Simón de Bolívar y Castro “El Mozo”, fue representante de El Tocuyo, Valencia, San Sebastián de los Reyes, Barquisimeto, Carora y Maracaibo. Durante su gestión logró el envío de barcos con mercadería desde Venezuela hasta España.
Los Bolívar ejercieron importantes cargos durante la conquista y colonización, por lo que fueron recompensados con tierras y minas en la provincia de Caracas.
Antonio Bolívar y Díaz de Rojas, fue el tatarabuelo del Libertador, era hijo de Simón de Bolívar “el Mozo” y nieto de Simón de Bolívar “el Viejo”. Alcanzó el rango militar de capitán de infantería y fue alcalde y corregidor de Caracas.
Luis Bolívar Rebolledo, bisabuelo del Libertador, fue corregidor y justicia mayor de los Valles de Aragua, juez receptor de Cagua y alcalde ordinario de Caracas. Juan de Bolívar y Martínez de Villegas, fue alcalde de Caracas y gobernador de Venezuela en dos ocasiones. Además fundó el pueblo de San Luis de Cura, hoy conocido como Villa de Cura. Los Bolívar, al igual que otras familias mantuanas preservaron e incrementaron su fortuna a través de la posesión de grandes extensiones de tierras y esclavos.
Simón de Bolívar, “El Viejo”, fue originario de una noble familia de Vizcaya, habitante del pueblo de Bolívar, lugarejo situado casi en el centro de la cadena cantábrica, en un risueño valle regado por el Odárroa. El apellido Bolívar o Bolíbar (compuesto de dos radicales vascas bolu, bolua, círculo o molino, e ibar, ibara, pradera, significaba pradera del molino) fue primitivamente el de las tierras que poseían en el país los primeros señores, o, más exactamente, los primeros infanzones del lugar.
El origen de la familia Palacios se remonta a la zona de Miranda de Ebro, situada en Castilla La Vieja. Los antepasados castellanos de Bolívar de dedicaron a la carrera de las armas y ocuparon puestos importantes. A ellos también se les fueron concedidos enmiendas por la Corona y fueron prósperos terratenientes. La Familia Blanco era una familia muy destacada entre los siglos XVIII y XIX, especialmente en el Cabildo caraqueño, ellos aportaron muchos hombres al proceso independentista; el cual Bolívar heredo de ellos la vocación por las armas. Los Palacios llegaron a Venezuela a principios del siglo XVIII. Ejercieron importantes cargos en la provincia de Caracas. Entre los integrantes de esta familia se distinguieron Feliciano Palacios y Sojo, Alférez Real y Pedro Palacios y Sojo, iniciador de los estudios de música en Caracas.
Participación de la familia de Simón Bolívar dentro de la estructura económica y social de Venezuela.
La Familia Bolívar Palacios
Conformada por el matrimonio de Juan Vicente Bolívar Ponte y de Doña María de la Concepción y de sus hijos, entre ellos se encontraba El Libertador Simón Bolívar. Los antepasados de Bolívar tuvieron mucha influencia e importancia en el desarrollo político, económico y social de la vida colonial.
Esta familia tenia una de las fortunas más cuantiosas de la Provincia conformada por las minas de COCOROTE en AROA y de los hatos El Totumo y El Limón,además tenían casas en La Guaira y Caracas, numerosos esclavos y arboledas de cacao en San José y los Valles del Tuy en Yare.
Tanto el padre de Bolívar, don Juan Vicente de Bolívar y Ponte, como su madre, doña María de la Concepción Palacios y Blanco, pertenecían a las mejores familias de Caracas. El mismo nombre de Simón tenía historia en la colonia, porque Simón de Bolívar se llamó el primero delos antepasados que pasó a la América y también su hijo, por lo cual se les distinguió, según costumbre de la época, diciendo Simón de Bolívar “El Viejo” y Simón de Bolívar “El Mozo”. Ambos llegaron a Venezuela a fines del siglo XVI (1587), y Bolívar “El Viejo” volvió muy pronto a España como Procurador General de la Corte, de las ciudades de Caracas, Coro, Trujillo, Barquisimeto, Carora, El Tocuyoy Maracaibo.
Los Bolívar en relación con la política, eran muy influyentes y estaban muy metidos en ella, y poseían cargos como Alcaldes ordinarios de Caracas, regidores, corregidores, justicia mayor de los valles de Aragua. También altos rangos militares como coroneles de milicia. El abuelo paterno de Simón Bolívar, Juan de Bolívar y Martínez Villegas, fundador del pueblo de Cura (1772), erahijo del capitán Luís de Bolívar –quien siendo alcalde de la ciudad de Caracas, en la segunda mitad del siglo XVII, encargase de abonar los gastos de fortificación del puerto de la Guaira y de doña María de Villegas, oriunda de una de las familias más ricas y nobles de las cercanías de Burgos.
El padre del Libertador: Juan Vicente Bolívar y Ponte –Andrade, nació en La Victoria, en octubre de 1726. Logró incrementar la gran fortuna que había heredado de sus padres. Ocupó diversos cargos militares y administrativos: voluntario en la defensa del puerto de La Guaira ante el ataque del almirante inglés Charles Knowles en 1743, procurador de Caracas, teniente de gobernador, corregidor y administrador de la Real Hacienda, entre otros.
La madre del Libertador: María de la Concepción Palacios y Blanco, nació en Caracas en 1758. Procedente de una familia noble, de inclinaciones intelectuales y fina sensibilidad. Su padre era don Feliciano Palacio y Sojo y Gil de Arratia, y su madre, doña Francisca Blanco Heredia. Era sobrina de Pedro Palacios y Sojo, fundador de la Escuela de Música de Caracas, de quién heredó el gusto por la música. Se encargó de administrar y consolidar la cuantiosa fortuna familiar tras la muerte de su esposo en 1786.
Hermanos y hermanas de Bolívar:
Juan Vicente Bolívar y María de la Concepción Palacios, se casaron en 1773, tuvieron cinco hijos. Simón Bolívar fue el cuarto en nacer. Sus hermanos eran María Antonia, Juana Nepomucena, Juan Vicente y María del Carmen, la menor, quien murió horas después su nacimiento.
La crianza de Bolívar
En la época colonial era común que el cuidado de los niños y niñas de las familias privilegiadas fuera confiado a las esclavas que eran propiedad de esas familias. En el caso de Bolívar; esta práctica se justificaba por la muerte tanto de la madre como del padre del Libertador, cuando este era un niño. De allí que fuese determinante el papel de las esclavas Hipólita y Matea en la crianza de Simón Bolívar.
Hipólita Bolívar: Como era común entre los esclavos, llevaba el apellido de la familia a la cual pertenecía. Juan Vicente Bolívar le solicitó que se trasladara a Caracas para ayudar en la crianza de sus hijos. Hipólita sustituyó a Inés Mancebo de Miyares, quien amamantaba a Simón debido al delicado estado de salud de su madre. A lo largo de su vida, el Libertador demostró cariño y agradecimiento hacia “La Negra” Hipólita, como solía llamarla.
Matea Bolívar: Aya de Simón Bolívar. Apenas 10 años mayor que Simón, lo atendió y compartió sus juegos, cuentos y leyendas.
A partir de 1821 habitó en la casa de María Antonia, la hermana mayor del Libertador. Asistió a la ceremonia a la ceremonia con motivo del traslado de los restos del Libertador al Panteón Nacional en 1876 y a los actos organizados por el primer Centenario del Nacimiento del Libertador en 1883. La Negra Matea murió en Caracas el 29 de marzo de 1886, a la edad de 110 años.
Primeros años.
Pertenecía el futuro Libertador a lo más granado de los mantuanos puros de Caracas, esto es, "a las familias cuyas mujeres tenían derecho a ir a la iglesia con el manto característico del rango más alto de la sociedad". Los Bolívar tenían capilla propia en la Catedral, la de la Santísima Trinidad, que vino a ser mausoleo de la familia. Con consentimiento del Obispo, el niño Bolívar fue bautizado en su casa natal por su tío, el Padre Jerez, con los nombres de Simón José Antonio de la Santísima Trinidad. Su ama de cría fue la esclava negra Hipólita, de la hacienda de San Mateo; al lado de Hipólita estaba también la negra Matea, aya o niñera del Libertador, apenas diez años mayor que él, para atenderle y compartir sus juegos; ella vivió largos años en San Mateo, donde presenció el ataque de José Tomás Boves a la hacienda y el sacrificio de Antonio Ricaurte en 1814, y entró del brazo del presidente Antonio Guzmán Blanco cuando los restos del Libertador fueron trasladados al Panteón Nacional de Caracas en 1876.
Pero todas las esperanzas que la buena fortuna le habían deparado a Bolívar se truncaron cuando la muerte comenzó a ensañarse con los suyos, empezando por su padre. Don Juan Vicente, que se había casado tardíamente a los 46 años con una joven de 14, falleció el 19 de enero de 1786, a los 60 años. La viuda tenía 27 años, Simón tres, su hermana María Antonia nueve, Juana siete y Juan Vicente cinco. Los dos primeros tenían el pelo oscuro y la tez pálida, los otros dos eran rubios y sonrosados.
Pero doña Concepción murió también seis años más tarde, el 6 de julio de 1792, quedando sus hijos encomendados a la tutela de su abuelo don Feliciano Palacios y Sojo, padrino de bautismo de Simón. Ese mismo año don Feliciano se apresuró a casar a las dos hermanas Bolívar, a María Antonia de quince años con Pablo Clemente Francia en octubre, y a Juana, que no había cumplido los catorce, con su tío Dionisio Palacios y Blanco en diciembre. Apenas si tuvo tiempo de atender a sus dos nietos, pues murió el 5 de diciembre del siguiente año. Sin embargo, había consultado a Simoncito a cuál de los tíos elegía como tutor, y éste había preferido a Esteban, su padrino de confirmación. Pero Esteban se encontraba en Madrid, así que la tutoría recayó en su tío Carlos, egoísta y severo, con quien las relaciones no fueron nunca fáciles: atendía ante todo al manejo y provecho de la fortuna de los menores, aunque no descuidaba su educación. Teniendo 12 años, Simón intentó escaparse de casa, hecho que dejó entrever sus aires de rebeldía y libertad.
El niño Simón siguió los pasos que la tradición hacía esperar para un infante de la aristocracia venezolana. A los trece años y medio de edad inicia su formación militar, y el 14 de enero de 1797 es nombrado cadete en el Batallón de Voluntarios Blancos de los Valles de Aragua, que había comandado su padre. Bolívar es ascendido al grado de subteniente y, como tal, tiene derecho a lucir uniforme azul con leones y castillos, y con su espada. Este grado, obtenido el 26 de noviembre de 1798, llega con la plena adolescencia de sus quince años como un certificado de libertad.
Juventud
En 1799, Simón Bolívar, de 16 años de edad, viajó a España para completar su educación. Lo esperaba su tío materno Esteban Palacios, aristócrata venezolano en la corte del rey Carlos IV. Viviendo en Madrid asistió a la Academia de San Fernando. También acudía a la casa del sabio marqués Jerónimo Ustáriz y Tovar, gran representante de la ilustración española. Aquí el joven venezolano intercalaba los análisis de obras literarias con el estudio de tratados científicos.
Fue en casa del anciano Ustáriz donde Bolívar conoció a María Teresa del Toro, bella y culta venezolana que sedujo su corazón. El idilio fue intenso. Él tenía 19 años, ella 20.
El joven pidió su mano y se casaron en Madrid el 26 de mayo de 1802. Colmados de amor y pasión regresaron a Venezuela, pero una tragedia los aguardaba. La muchacha se contagió de fiebre amarilla y falleció sin cumplir 8 meses de casada. Agobiado por el dolor, Simón Bolívar regresó a Madrid, y pasó a París, donde trató de esquivar los recuerdos y el sufrimiento entregándose a las fiestas, juegos y amantes. Una vida frívola y sin horizontes parecía ser su destino. Hasta que en casa de su prima Fanny de Trobriand conoció al sabio alemán Alexander von Humboldt, recién llegado de su gran viaje por América. Sus diálogos con el autor de “Viaje a las regiones equinocciales del nuevo continente” le dieron a Bolívar un nuevo sentido a su existencia, un gran proyecto para su vida: la libertad del Nuevo Mundo.
Sus maestros y educación
La educación de Bolívar en esta primera etapa de su vida, estuvo a cargo de varios maestros: Fernando Vides, Carrasco, el Presbítero José Antonio Negrete, Guillermo Pelgrón (Lengua latina y Gramática), Simón Narciso Rodríguez (Maestro Principal de Primeras Letras de Caracas), Andrés Bello (Literatura y Geografía), Fray Francisco de Andújar (Matemáticas) y su pariente el Padre Sojo. Su madre no escatimó en gastos para darle a su hijo una buena educación. De todos los maestros citados, Simón Rodríguez, quien se ausentó del país a finales de 1797, fue el que más influyó en su formación, y así lo reconoció Bolívar en varias oportunidades.
Además de las enseñanzas recibidas en Caracas, Bolívar hizo unos cursos de matemáticas en la Academia de San Fernando en Madrid; también estudió por breve tiempo en la Ecole Royale Milítaire de Soreze, al sur de Francia, en 1802. En Madrid, en donde permaneció cerca de dos años (1799-1802), Bolívar cultivó definitivamente su talento y logró una educación sólida; estudió francés e inglés, bajo la inspección de su representante, el Marqués Jerónimo Ustáriz y Tovar, quien en Caracas, en su propia residencia, brindó a Bolívar el mejor ambiente para su formación intelectual.
Simón Rodríguez
Se distinguió como educador, escritor y filósofo. Nació en Caracas el 28 de octubre de 1771. De origen humilde, trabajó en diversos oficios para su subsistencia. Obtuvo el título de Maestro el 23 de mayo de 1791, y desde entonces dedicó toda su vida a la enseñanza. El Libertador llamó a Simón Rodríguez "El Sócrates de Caracas", por la profundidad de su pensamiento filosófico. Simón Rodríguez facilitó el estudio y aprendizaje a Simón Bolívar.
Fue en la casa de Simón Rodríguez donde el tío Carlos confió a su pupilo como pensionista cuando éste se fugó de su lado por segunda vez y buscó refugio ante el Obispo Viana. Las enseñanzas de Rodríguez se dirigían más a la formación del carácter y a la fortaleza del cuerpo en medio de la naturaleza, que a acumular conocimientos en el aula de clase. Pero es seguro que a través de su maestro favorito Bolívar se impregnó de ideas revolucionarias y reformadoras. También encontró en él a un amigo a quien confiarle su soledad y las dificultades de su vida familiar.
Andrés Bello
Nació en Caracas el 29 de noviembre de 1781. Era nieto del pintor Juan Pedro López. Su padre fue músico y bachiller en leyes en 1780. Poeta, legislador, filósofo, educador, ha sido llamado Patriota de las Letras Americanas.
Andrés Bello fue un apasionado lector. A los 15 años, mientras cursaba sus estudios en la Universidad de Caracas, las más notables familias le llaman para que diera clase a sus hijos. A los 16 años enseñaba Geografía y Bellas Artes al joven Simón Bolívar.
Otros personajes que influyeron en su formación:
Fueron ejemplos de mucho peso que influyeron en una u otra forma, en la actuación de Bolívar en su edad adulta, o sea en la segunda etapa de su vida enmarcada dentro del período 1804-1827, el mismo maestro Don Simón Rodríguez, el siempre preferido y bien recordado por el alumno; el precursor Francisco de Miranda, el sabio Barón alemán Alejandro de Humboldt, el botánico francés Amadeo Bompland, Napoleón Bonaparte, Tomás Jefferson, (Presidente de los Estados Unidos, 1801-1809), el escritor francés Carlos de Secondat Montesquieu (1689-1755), el escritor de lengua francesa Juan Jacobo Rousseau (1712-1778), Francisco María Arouet Voltaire (1694-1778), el filósofo Denis Diderot (1713-1784), el filósofo inglés John Locke (1632-1704), y el filósofo francés Etienne Bonnet de Condillac (1714-1780).
Bolívar no solo recibió lecciones teóricas, sino también lecciones prácticas como esgrima, equitación y baile.